¿Quién –que esté en su sano juicio—puede estar a
favor de la violencia (física, sexual, verbal, psicológica o económica) que
viven muchas mujeres? Creo que sólo la apoyan quienes la ejercen y la solapan.
Nada justifica la violencia hacia ningún género, ni mucho menos se justifica
que las priven de la vida. No es culpa de ellas ser víctimas de algún inhumano
como muy lamentablemente –mujeres y hombres- lo piensan y lo manifiestan.
Insisto: es injustificable, condenable, deleznable y atroz ese tipo de
conductas.
Lo que lamentablemente hemos visto en los últimos
días y meses en nuestro país pareciera una bola de nieve que sigue creciendo y
que no puede ser detenida. Estoy seguro que por algo podemos empezar los
hombres:
1. No subirse a la protesta de ellas que es contra
nosotros (en la expresión general, por supuesto). Mucho ayuda el que nada
estorba.
2. Respetar a las mujeres en todos los sentidos. Un
buen comienzo es dejar comentarios o chistes misóginos, miradas lascivas o
cualquier conducta que atente contra su dignidad.
3. Exhortar a las mujeres para que no se queden
calladas en ninguna situación que atente contra su persona, su seguridad y
sobre todo su dignidad. El derecho a guardar silencio
4. Promover una cultura de la denuncia. Si vemos
algo que no está bien, hagámoslo saber a la autoridad de inmediato y de ser
posible tomen foto o video de lo que sucede. No se vale sólo mirar, evadir o
susurrar. Tengamos valor cívico, pues.
5. Si conocemos a una mujer víctima de violencia,
brindemos la ayuda que podamos o demos parte a la autoridad para que intervenga.
6. Si tenemos hijos, sobrinos o niños a nuestro alrededor
y podemos contribuir en su formación, enseñémosles que ellos pueden ser la
generación de la diferencia para que dentro de algunos años la idiosincrasia del
mexicano sea una nueva, renovada, de respeto íntegro a la dignidad de las
mujeres. Así, esta pésima situación que vivimos haya sido superada y las
mujeres que fueron privadas de su vida, su causa, no haya sido en vano.
7. En nuestros distintos espacios podemos
contribuir en algo. Estoy seguro de ello. En mi actividad académica me
considero un defensor y promotor de los derechos humanos —aquí hago énfasis— de
la igualdad de género y de la no discriminación.
8. Estoy seguro que sí podemos hacer la diferencia
de uno en uno. Nunca subestimemos el poder que tenemos para apoyar una causa desde
nuestro propio contexto y hacer que haya un cambio.
9. Si tenemos “amigos” o conocemos a hombres violentos,
es deseable persuadirlos para que dejen de tener esas conductas e invitarlos
para que tengan ayuda profesional.
10. Prediquemos con el ejemplo. No seamos sólo manifestantes
virtuales desde Facebook y Twitter, hagamos que nuestros hechos hablen por sí
mismos.
Francisco Burgoa
1 comentario:
A veces se nos olvida que tenemos una hermana, una mama, una tía, una novia o una amiga, que en cualquier momento puede sufrir o ha sufrido violencia por eso siempre les digo a todos los que conozco traten a la mujeres como les gustaría que trataran a la mujer que mas aprecien, que bueno que has regresado tenias mucho tiempo sin publicar, ojala lo puedas seguir haciendo, saludos.
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