marzo 18, 2007

ABORTO: ENTRE EL DERECHO, LA MORAL Y LA RELIGIÓN


Siempre habrá temas polémicos que no pueden verse desde una sola ventana, temas que por las consideraciones que cada quien estime pertinentes, habrán de ser dignos para ser analizados con sumo cuidado, pues por su propia naturaleza nunca podrán tener la calidad de discutidos en su totalidad y continuarán siendo discutibles…

…verbigracia: el aborto.

El tema, desde la llamada Ley Robles –en alusión a quien ha sido hasta el momento la primer y única Jefa de Gobierno del Distrito Federal- no había tenido tanto auge como hasta la fecha y seguirá cobrando relevancia en los próximos días y semanas (esperemos que no sean meses) en virtud de la Iniciativa para despenalizar el aborto en el D.F. que presentó el Dip. Tonatiuh González del PRI el 23 de noviembre del año próximo pasado ante el pleno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.

Las voces de los sectores más duros conservadores empiezan a manifestar su rotundo rechazo, los líderes de la religión católica amenazan hasta con excomulgar a quienes apoyen dicha iniciativa –que está próxima a dictaminarse y someterse a consideración, y en su caso, a aprobación de la Asamblea Legislativa del D.F.-; esto no obstante de formular la pregunta ¿acaso no se supone que vivimos en un Estado Laico?, ¿acaso no aplica el dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios?, luego entonces, ¿en dónde queda la separación Estado-Iglesia?

No tenemos duda de que el destino de esta iniciativa podrá seguir la eventual misma suerte para cuando llegue el turno de tratar de legalizar la Eutanasia y no tener que vivir casos como los que han tenido difusión en España, basta recordar el famoso caso de Ramón Sampedro, un hombre tetrapléjico durante 30 años –y que fue llevado a la pantalla grande bajo el título de Mar Adentro- o el último caso que tuvo gran trascendencia en aquél país, nos referimos al de Inmaculada Echevarría. [Si deseas ampliar tus ideas -en pro y/o en contra- sobre "el buen morir", aquí encontrarás varias fichas de trabajo que pueden ser de tu interés.]

Por ello, estaremos muy atentos al desenlace de la iniciativa para despenalizar el aborto y –quizá- seguiremos observando la constante pugna entre iusnaturalistas versus iuspositivistas… o entre conservadores versus reformistas???

…y tu, qué postura asumes ante el caso concreto que nos ocupa???

Postea y expresa tu opinión!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Sé que quienes fuimos educados en la religión católica tenemos presente en primer termino, que el aborto es un pecado, pero... en este tiempo, y con lo que sucede en él como las carencias económicas y culturales, aunque soy católica pienso que si bien es cierto yo prefiero que las personas esten conscientes de que tener relaciones sexuales implica varios riesgos, desde las enfermedades de transmisión sexual hasta embarazos no deseados, y por lo tanto que utilicen algunos anticonceptivos, y creo que eso es mejor que llegar a la necesidad del aborto, yo en lo personal, no recomendaría a nadie que se practicara un aborto, pero... si alguien considera que el aborto es su solución, prefiero que esa persona tenga acceso a los medios legalmente y con la seguridad técnica y médica que el caso requiere, es decir que no tenga que esconderse y caer en condiciones antihigiénicas en manos inexpertas, negligentes e indignas que aprovechen la situación para lucrar con ese momento.
Creo que las mujeres deben tener la capacidad de elegir,la libertad de optar, si asi lo deciden, por un aborto en condiciones higiénicas y de seguridad para ellas.
No puedo ponerme en lugar de las personas que han abortado, como tampoco puedo hacerlo por las personas que han intentado abortar y que el aborto ha fallado y hay niñas y niños caminando por mi calle con el estigma en la frente de que sus madres intentaron abortar y algo falló, el aborto no se dió, y ellas y ellos aqui estan con retraso mental y algunos otros problemas fisicos, tampoco puedo ponerme en lugar de quienes desearon un aborto y no tuvieron los medios a su alcance, y alli estan los hijos e hijas, con problemas de adaptación, o en las calles, sin familia, sin educación, sin medios para substir, etc.
En el caso de la eutanasia, pienso que es un acto de amor, y como tal requiere condiciones especiales, creo que si una persona decide que ha llegado el momento de partir, de paliar el sufrimiento, quienes le aman desean complacerle, sin embargo esa es igual que la anteior una decisión personal en la que cada quien debe tomar su propia decisión, pero la que asuma debe contar con la legislación vigente que respete y asuma la decisión personal de cada quien.
Así pues, estoy de acuerdo en que se legisle al respecto, y que hagan las previsiones legales y sociales para ello, el derecho no puede ser ajeno a fenomenos sociales de nuestra época, que comprometen Valores, pero también la vida misma, el bien jurídico tutelado en todos los sistemas del mundo.
Vicky*

Anónimo dijo...

Al respecto opino…
La ley divina no permite este tipo de cosas, tanto el aborto como la eutanasia, ya que la vida no se creo para destruirse, por desgracia la destrucción viene de adentro de cada uno de los individuos que se han corrompido y hacen cosas que no están bien delante de los ojos de DIOS.
También se nos ha dado libre albedrío, por lo que podemos decidir lo que para nuestro convenir esta bien, creo que la decisión de cada persona en cada caso es la que mejor conviene, lo importante aquí es que aún que se dice que estamos viviendo en un estado laico, creo que nunca podremos separa la legislación con la moral y la ética (qué a mi punto de vista es una esencia y principio rector de la creación de las Leyes)
Aunado a lo anterior concluyo diciendo a veces lo que creemos que es correcto no es lo mejor.

MIRANDA.

Mónica Brunilda dijo...

Una parte de la violencia hacia las mujeres es el no reconocerles el derecho a decidir sobre sus propios cuerpos.
Y parte de la discriminación de género tiene que ver con ubicar a las mujeres como seres destinados a la reproducción sin reconocerles otras capacidades humanas.
Creo que lo mas justo o lo mas cercano a la justicia para las mujeres y el género humano en general es que el derecho como ciencia proporcione la posibilidad para todas las personas de poder ejercer sus derechos como seres humanos y como ciudadanos pertenecientes a una sociedad moderna y si dentro de esas posibilidades está el poder decidir sobre sus propios cuerpos de manera responsable e informada, como lo marca la Constitución en su artículo 4to, ya sea de manera preventiva o de manera terapéutica o de la mejor manera posible. Lo que nos toca como sociedad y como ciudadanos es tener leyes que nos permitan tomar decisiones, la cuestion de la conciencia, las creencias religiosas, o la espiritualidad de cada quien, quedan exclusivamente el plano de lo personal y nada mas. Cada quien su vida....pero con leyes justas y con una sociedad respetuosa de las diferencias y de los derechos de todos.
Mónica Rodríguez Lara.

Anónimo dijo...

En lo personal considero que es acertada la despenalización del aborto, creo que la mujer debe tener la capacidad sobre su cuerpo, si bien es cierto que está decidiendo sobre la vida de otro ser, creo que las circunstancias en las que se encuentra el país nos deberíamos preguntar que es mejor, tomar una decisión drástica y dura pero que tal vez evitaría muchos problemas a mediano y largo plazo. Cuántas mujeres han tenido hijos no deseados y desafortunadamente cuántos de ellos se convierten en delincuentes, cuántos de ellos mueren en la miseria, y todo porque es un “grave pecado” el aborto, yo me pregunto qué crimen es mayor, el aborto o traer al mundo a un ser que finalmente va a terminar en lo peor.
Claro que para la iglesia católica y la ultraderecha eso es un sacrilegio, ellos solo pueden aceptar encubrir a pederastas, hacer negocios turbios o aceptar dinero de procedencia ilícita como limosna, finalmente el dinero se “purifica” y se acabó el problema.
Ahora amenazan hasta con salir a las calles a protestar contra tal atentado contra la vida, yo recuerdo que hace algunos meses cuando la gente marchaba en las calles en protesta de unas elecciones dudosas, la ultraderecha y la iglesia católica llamaba a esa gente “violentos, nacos, intolerantes, etc”, entonces que pasa ahora.
La propuesta tiene restricciones, puesto que se establece un límite de semanas en que la madre puede abortar, además de que creo que se evitaría la muerte de muchas mujeres por practicas de aborto clandestinas y con médicos no muy profesionales.
Sin embargo creo que lo fundamental es la educación sexual que se aprende en casa y en la escuela, creo que se debería de poner mayor atención en este aspecto y en esa medida se evitaría llegar al aborto. Pero creo que a los sectores más conservadores nada les parece puesto que son los que pegan el grito en el cielo cuando escuchan hablar de sexualidad y son los que cometen los mayores pecados.
Afortunadamente nuestra Carta Magna se establece la separación de Estado–Iglesia y como usted bien lo dice “A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César”.
Esperemos que la ultraderecha no le abra a la religión una rendija para inmiscuirse en los asuntos del estado.
Otorguémosle un voto de confianza a nuestros queridos asambleístas.

Cristina C.

Anónimo dijo...

Tema delicado el del aborto, tan delicado como otros tan diversos, como los que tienen que ver con la despenalización del tráfico de droga, la homosexualidad (y los llamados “matrimonios gay” y si deberían poder adoptar o no), el establecimiento de la pena de muerte, las regulaciones que debería haber en materia prostitución, la eutanasia, la clonación con fines terapéuticos, la clonación reproductiva, y por supuesto los roles que, por condición de sexo nos trata de imponer la sociedad.

Nótese que la mayoría de los temas controvertidos (y otros muchos que me faltó mencionar) tienen que ver con cuestiones sexuales, lo cual no es casualidad, como tampoco lo es el hecho de que ministros de culto, sobre todo pertenecientes a la iglesia católica, apostólica y romana sigan insistiendo en cuestiones que parecerían tan evidentemente zanjadas en pleno siglo XXI, como comparar a los homosexuales con animales (como lo hizo el cardenal Roberto Rivera al comentar la llamada Ley de Sociedades de Convivencia) o como “prohibir terminantemente” el uso de métodos anticonceptivos por ser contranatura (orden expresada de manera reiterada y constante en todos los niveles de la iglesia católica, con los Papas Ratzinger e inclusive Wojtyla, con todo y su “apertura”, a la cabeza).

¿Cómo vamos a debatir de manera seria e informada, sobre el aborto en general, cuando todavía se debate si una mujer violada tiene el derecho de practicarlo?

No estoy en contra de la religión, esto no es un debate teológico, ni mucho menos. Pero tampoco debemos contaminar temas tan cercanos, cotidianos y delicados con nuestros propios sistemas de creencias religiosas, y mucho menos con lo que dicta, no dios, ni siquiera la religión, sino un grupito de políticos disfrazados de jerarcas religiosos. Cito a la iglesia católica (que no a la religión católica), por que la inmensa mayoría de los mexicanos fuimos formados, educados y se nos dieron valores en su seno, y su fuerza e influencia política, económica y social siguen siendo inmensos en todo el país, sin embargo lo mismo aplica para la mayoría de los diversos cultos que se practican en el mismo.

Para demostrar la falibilidad de la iglesia (quiero subrayar, aunque peque de reiterativo, que no me refiero a la religión como tal, por que el debate tendría que ser mucho más amplio), basta recordar dos o tres hechos históricos (hay MILES), verbigracia la inquisición, las cruzadas y la actuación del clero como instrumento de poder opresor y autor de los más viles abusos ante los más desprotegidos, en prácticamente todo el mundo occidental, durante siglos.

Y a lo anterior habría que añadir: un grupo gobernante extremadamente conservador (yo diría mucho más mocho que el promedio de los mexicanos), una elite en el poder ignorante, cínica, soez, que invita a no leer, que no sabe ni expresarse con propiedad (Vicente Fox), que cree que las personas con VIH no son seres humanos con derechos íntegros (nuestros encumbrados ministros de la suprema corte), que cree que abusar sexualmente y torturar a compañeras y compañeros estudiantes, sobre todo de la UNAM, es algo “normal por irse a manifestar a Guadalajara” (nuestro flamante Secretario de Gobernación, cuando estaba a la cabeza del ejecutivo en aquel lugar) o que “las campañas del uso del condón y la no discriminación por preferencias sexuales determinadas, impulsan la homosexualidad y la promiscuidad” (nuestro culto y vanguardista Secretario de Salud, que pifia¡¡¡¡).

El remedio: Leer, razonar, usar la lógica, despojarse completamente de todo tipo de prejuicios, no dar por sentado nada, investigar, no dejar que otro individuo decida por nosotros, porque el hecho de que siempre se hayan hecho las cosas de tal o cual manera, no significa que debamos seguir así. Los valores deben evolucionar, de lo contrario seguiríamos pensando que las mujeres, por ejemplo, son objetos, o que otros seres humanos son algo aún peor: esclavos. Las costumbres y tradiciones son “buenas” en la medida de que su sustancia lo es: Eso de que “todo lo anterior fue mejor” se inventó para gente conformista.

Si después de aplicar el anterior antídoto, si después de pensarlo concienzudamente alguien llega a la conclusión de que los homosexuales son animales; de que las y los prostitutos, también; de que la eutanasia no es una opción por mucho que lo pida en medio de sufrimientos indecibles un ser humano; de que la clonación aún la terapéutica (que no tiene nada que ver con crear un ser humano), es obra del demonio; de que el aborto, aún por causa de violación, o el eugenésico, es un crimen que debe pagar con cárcel la cuasimadre (o como me comentó, en alguna ocasión, un rabino de la judaica ortodoxa: podemos considerar hasta a los espermatozoides, como seres humanos, por eso no hay que masturbarse); de que la sexualidad es únicamente para practicarse entre un hombre y una mujer, y únicamente después del matrimonio, y solamente para fines reproductivos, y eso sí para tener los hijos que díos les mande, sin ningún método anticonceptivo de por medio; si, en fin llegamos a estas y otras maravillosos resultados, pues que bueno, ya se habrá ejercitado la libertad de pensamiento y hasta se podrá ejercitar la de expresión.

Incluso, por que no, si a quien llegue a esta determinación se le presenta la ocasión de estar en alguno de esos supuestos, pues que lo aplique para sí. Pero que no pretenda obligar a todos a pensar del mismo modo; que respete y les de su lugar a los interesados en estos asuntos y que piensan de modo opuesto.

La despenalización del aborto no obliga a nadie a practicárselo ni a faltar a su muy personal sistema de creencias, pero si pretende dar solución a un grave problema de salud pública. Es como pensar que por el hecho de estar prohibido el tráfico de estupefacientes, se va a inhibir su consumo. Es absurdo, lo que hay que hacer es educar a nuestra sociedad y no dar motivos (que parece que dadas las condiciones actuales los más jóvenes tienen bastantes) para que las personas se dañen a si mismas con estas sustancias; de la misma forma hay que dar educación sexual y tampoco dar pie a que existan embarazos no deseados.

Se ha querido utilizar como principal argumento contra la despenalización del aborto, el de que se trata de un homicidio, asegurando que desde la fecundación del óvulo, ambos cigotos se convierten de inmediato en un ser humano. Sin embargo, considero que tales aseveraciones caen por si solas, pues no se explica científicamente el porque se llega a esta conclusión, y en el último de los casos lo único seguro es que esa célula tiene justamente ese potencial intrínseco de, si no se interrumpe por cualquier causa el embarazo, convertirse en un ser humano en el futuro, lo cual no significa que actualmente lo sea. Es simplemente eso: una célula o un conjunto de células con el potencial de convertirse en un bebe, pero aún no es un bebe.

Dan peso a la conclusión de que un embrión en tan temprana etapa de formación no es aún un ser humano, diversas conclusiones que podemos retomar de varios experimentos que se han hecho sobre todo en materia de clonación: es perfectamente posible clonar a un ser humano tomando cualquier tipo de células de una persona, aún las células diferenciadas en forma de tejidos, o en órganos, o en la sangre. De hecho las células madre, remanente de fertilizaciones in vitro, y las células indiferenciadas provenientes del cordón umbilical de cualquier nacimiento, permiten crear no sólo seres humanos completos, sino tipos específicos de tejidos, sin necesidad de ADN adicional. De hecho, las células madre, sin necesidad de ninguna técnica de clonación permiten el desarrollo de seres humanos completos.

Por razones evidentes, no podemos considerar que estas células madre y las células de un cordón umbilical, son todas y cada una, un ser humano. Si lo consideráramos así, tendríamos que considerar que cada célula de nuestro cuerpo, y aún cada espermatozoide y cada óvulo deben considerarse una persona, con derechos y obligaciones jurídicas, y hasta hacerse una pequeña cortada en el cuerpo implicaría un asesinato múltiple.

Lo mismo ocurre con un embrión en etapa temprana de formación: no puede considerarse un ser humano, porque aún necesita todo un proceso de desarrollo (al igual que una célula del cordón umbilical) para convertirse en tal. Cosa diversa ocurre con aquellos fetos que han alcanzado un grado de desarrollo tal que cuentan con órganos, tejidos y sistemas lo suficientemente maduros como para tener posibilidades de sobrevivir en caso de un nacimiento prematuro. Pero evidentemente no es el caso de un embrión de 12 semanas.

En cuanto a la iniciativa de ley, a mi juicio es perfectible, pero es un paso plausible. Considero que tiene errores, como el hecho de que dada la deficiente redacción de la reforma que se propone al artículo 146 del código penal del D.F., podría darse el caso de que a alguien que no sea médico ginecólogo o cirujano, no se le pueda revocar el permiso a que se refiere el aludido precepto, en los casos en que realice un aborto con el consentimiento informado de la mujer embarazada, ello en virtud de que tal revocación sería por un tiempo igual al de prisión impuesta por el artículo 145, y en los casos en que no medien engaños, amenazas o violencia no hay pena de prisión; con ello naufraga el objeto para el que se propone esa reforma.

Otros artículos que me parecen interesantes para analizar cuidadosamente son los 14-bis-2 y 14-bis-4 que se proponen para la Ley de Salud del D.F.; El primero de los mencionados artículos menciona que la mujer debe alegar ciertos argumentos de índole económica, social o familiar, ante el médico, como si debiera convencerlo con razones que no son de su interés, pues él sólo es un profesional de la salud física; pero el referido ordenamiento no precisa que finalidad se persigue con esto, o que peso tendrán tales comentarios ¿Qué se quiso lograr con ello? Opino que o se elimina ese requisito o se le da fuerza de otra manera, pero no debe quedar así (propongo que se elimine).

El artículo 14-bis-4 es mucho más delicado, y considero que por ningún motivo debe quedar en esos términos. Para ejemplificar claramente a lo que me refiero, expondré un caso extremo, pero desgraciadamente demasiado común en nuestra ciudad: una niña o adolescente de entre 10 y 17 años (ha habido embarazos incluso en niñas de 9 años) sufre una violación , quedando embarazada; la adolescente de 17 años (tal vez casi 18) y aún la niña de 10 años no podrán abortar el producto de esa violación, sin el consentimiento de alguno de sus progenitores o tutor (para colmo, en gran proporción las niñas son víctimas de su propio padre o algún otro familiar, esto está ampliamente documentado). Es decir, no tiene el poder suficiente para, por sí, o con ayuda profesional de expertos en salud física y sobre todo mental, tomar una decisión que le afectará de una manera tan trascendental para toda la vida: ser madre, con todas las obligaciones y responsabilidades que ello implica, y con el trauma que seguramente también implicará.

Que curioso: no tiene la capacidad de decidirlo, pero si va a tener que tener la fuerza para afrontarlo. Creo firmemente que si bien en esa etapa de la vida probablemente no tenemos la madurez de tomar una decisión así sin consejo, ayuda profesional y apoyo emocional, esto no implica que no haya otras formas de hacerlo. Se debe poner especial énfasis en el mecanismo jurídico y sobre todo psicológico y psiquiátrico a seguir para el caso de menores de edad, en especial si le creemos a las cifras del propio Armando Tonatiuh, de que de las mujeres que al año logran abortar en México, unas 52,000 tienen entre 15 y 20 años de edad, ¿Cuántas habrán querido y no se atrevieron o no lo lograron o nadie se enteró que lo intentaron?

¿Porqué cuestiones como conseguir trabajo (desde los 16 años) o aún contraer matrimonio (con el consentimiento de un juez ante la negativa de los padres) sí pueden hacerse sin el consentimiento de los padres, pero una decisión tan relevante como un aborto, no?. En materia del consentimiento que deben dar los padres para que a una menor de edad se le pueda practicar el aborto, propongo que un juez, pueda declarar innecesario tal requisito, oyendo a las partes interesadas, a profesionales de la salud física y mental que intervengan en el caso y procurando el bienestar supremo de la menor.

Por lo demás, bien por el avance, en especial en cuanto a la iniciativa referente a eutanasia, pues hemos estado muy atrasados en ese tema.

L.C. y E.F. Raúl Arturo Rodríguez Ayala