¡Vaya trabajo!
Toda una vida buscando un remanso
y para su mala suerte
su lista marcaba: “Francisco
Burgoa a descanso”.
Anteriormente la Parca ya lo había
intentado pero
el resultado había sido de
frustración y enfado.
Convencer a Burgoa implicaba mucho
tesón
pues la pobre Catrina no sabía
argumentación.
Pese a lo anterior no declinó en su
intención
y en un momento de arrebato a su
objetivo se lanzó.
En Ciudad Universitaria fue a buscar
al profesor
pero como es bien educada no quiso
interrumpir la lección.
Afuera del salón la muerte ansiosa
esperaba
a que Burgoa su clase terminara.
Pero como la cátedra se prolongó
la Flaca cansada en sueño profundo se
sumergió.
¡Tonta Catrina que a su víctima dejó
escapar
todo por dormirse y no despertar!
Así que mientras el sol calentaba sus
huesos
ella planeó su macabro regreso.
A la FES Aragón la Calaca llegó
y saliendo del baño a Burgoa
encontró.
Sigilosamente lo siguió a un
recóndito salón
donde impartía la materia de
argumentación.
Burgoa sintió que el brazo le jalaron
en el corredor,
él volteó y vio a la huesuda a su
alrededor.
Y aunque Francisco tuvo miedo, nunca
lo manifestó,
y por el contrario, a su clase la
invitó.
La soberbia Calaca creyó escuchar
falacias y sofismas
pues la muy ladina se creía experta
en varias doctrinas.
Su orgullo y vanidad llegó a tal
grado que al maestro refutó
pero éste le pidió que argumentara su
posición.
Francisco y la Flaca entraron en una
acalorada discusión
en la que la Pelona argumentaba sin
ton ni son.
Y como Burgoa se dio cuenta de que a
ella le faltaba preparación,
él muy caballeroso a su twitter y a
su blog la mandó.
Después de un rato a Francisco le
incomodó su presencia
porque la Huesuda seguía con la misma
insistencia.
Salir con ella de este mundo no le
era agradable
y menos en un día laborable.
Pese a todo, la Muerte reaccionó
piadosamente,
así que esto fue lo que decidió en su
mente:
“A este joven maestro no lo llevo al
cementerio
porque me ha quedado claro su
excelente desempeño”.
Burgoa dio por terminada la clase y
se despidió de cada alumno
pensando que su destino era el
inframundo.
Pero la Huesuda al ver su reacción,
le comunicó su decisión:
“¡CARPE DIEM!, nos vemos en
otra ocasión”.
Noviembre’10
=000=
Pd: muchísimo agradezco a la persona
que me hizo llegar la presente... Calaverita!