febrero 24, 2007

La SCJN: ¿a favor o en contra de la discriminación?


Los 11 ministros de la SCJN son los que se encargarán de decidir en última instancia si es o no constitucional que, a través de la Ley del Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas (ISSFAM), se permita enviar al retiro a los miembros del ejército que resulten positivos en la prueba del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), lo que implicaría:

a) ¿una medida totalmente discriminatoria?, o

b) ¿una medida para salvaguardar la integridad física de los militares y por ende, del Ejército Mexicano?

Opiniones diversas son las que se han expresado desde el pasado 19 de febrero, esto a propósito del Día del Ejército Mexicano y que posiblemente tengan su desenlace en el transcurso de la próxima semana.

Desenlace que esperamos sea -efectivamente- declarando inconstitucional dicha medida (discriminatoria para el suscrito) y que se les conceda el amparo y protección de la Justicia Federal a los militares -seropositivos- en su calidad de quejosos.

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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Según la resolución de La Suprema Corte de Justicia en donde dice que la Secretaría de la Defensa Nacional no puede dar de baja a los militares infectados con el VIH/sida, pues su padecimiento no puede considerarse una causa de inutilidad, a mi parecer es acertada, ya que se pretendía violar los derechos de estos militares.

Además presumo que tuvieron rendimiento en su servicio a la patria, es inhumano que además de lo que tengan que enfrentar día a día por su enfermedad, no se vean beneficiados por su entrega y trabajo. (Me comentan que no es nada fácil pertenecer a la milicia)

Saludos.

Miranda.

Anónimo dijo...

Afortunadamente la Suprema Corte declaró que es inconstitucional la baja de los militares por ser portadores del VIH, si esto hubiese sido de otra manera, entonces se estaría abriendo la puerta para que empresas privadas despidieran indiscriminadamente a trabajadores por esta causa, lo cual sería sumamente lamentable para todos, ya que nadie está excento de una enfermedad como esta. Qué bueno que a veces existen ministros que pueden pensar con algo de coherencia.
Saludos.
Cristina.

Anónimo dijo...

Profesor Francisco Burgoa:

Es indignante que 3 ministros de la suprema corte, (entre ellos dos expresidentes de la misma) hayan votado por la constitucionalidad de la norma. Así es, por increíble que parezca, 3 de los titulares del máximo tribunal del país siguen viviendo de facto en los inicios de la década de los ochenta del siglo pasado. No me extraña nada de Sergio Salvador Aguirre Anguiano y mucho menos de Mariano Azuela, pues la estupidez manifestada en muchos de sus fallos le precede, pero debo confesar que me sorprendió de sobremanera que a este dueto se uniera de manera por demás lamentable Genaro Góngora, que en general había demostrado ser un ciudadano más o menos informado y equitativo en varios de sus votos, incluso particulares muchos de ellos.

Pero además fue este ministro (Góngora) el que dio la nota hilarante (y delirante) al asegurar que la totalidad del cuerpo castrense estaba en riesgo debido a que en los dormitorios los soldados duermen “muy cerca” uno del otro, a las condiciones en varios destacamentos, en que hay “agua estancada de pantanos”, “mosquitos” y “chinches” que “transmiten enfermedades”, y argumentos de ese talante, como si no fuera suficiente pifia la del ministro Azuela asegurando que “es como cuando un niño llega enfermo a la guardería, se le manda de regreso a su casa”.

¿Acaso no se han superado épocas en que se pensaba que el VIH se transmitía por tomar del mismo vaso que alguien infectado, o por usar su ropa, por un abrazo o por “dormir muy cerca”? parecía claro que todos sabíamos ya, a fuerza de que nos lo repiten a cada momento, en la escuela, en la radio, en la televisión y en los medios impresos, que el virus no se transmite por picadura de mosquito o de chinche ni cosa por estilo, sino sólo por vía sexual y hemática, y también parecía claro que ser “cero positivo” no equivale a haber contraído el síndrome (SIDA), y que alguien infectado puede llevar una vida normal, sin enfermedad alguna, y a veces sin saber siquiera que es portador del virus, durante años, a veces décadas.

Sabemos que la población en general vivimos en el oscurantismo, la superstición y la ignorancia, muchos hasta nos creemos lo que nos insiste “TV Azteca” (que el Virus de la Inmunodeficiencia Humana ni siquiera existe). Tal aberración en el ciudadano promedio es ya más que criticable; pero que un MINISTRO DE LA SUPREMA CORTE no esté informado de algo tan básico, y peor aún, que antes de emitir una opinión tan importante no busque asesoría especializada, es criminal.

Para que esto no se convierta sólo en crítica, una loa por los otros ministros, que sí cumplieron con su responsabilidad, incluso por aquellos que fueron evolucionando su criterio a lo largo de estos días, es de sabios reconocer el error propio.

Saludos cordiales.
Raúl Arturo Rodríguez Ayala, alumno del SUA, Derecho constitucional